Salud mental en el trabajo

Identificar y medir los riesgos psicosociales favorece ambientes laborales sanos y seguros

Las patologías de salud mental representan el 67% de todas las enfermedades profesionales registradas en Chile durante 2022, según el Termómetro ACHS-UC, el que identifica cuatro rubros en los que se concentra el 80% de estas dolencias: Educación, Administración Pública, Salud y Comercio.

Desde 2020, la Asociación Chilena de Seguridad, junto al Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, hace un seguimiento al estado de la salud mental de los chilenos a través del Termómetro ACHS-UC.

Esta medición –que se realiza dos veces al año- entrega datos confiables sobre un tema crítico para la salud de la población, especialmente en tiempos de pandemia y post-pandemia.

En su última entrega –en mayo de este año- el informe arrojó que un 17,5% de la población tiene presencia o sospecha de este tipo de trastornos. Este es un porcentaje menor en relación a las cifras que se obtuvieron durante la pandemia, pero mayor en relación a la versión anterior de este estudio (entregado en diciembre de 2022), en especial entre las mujeres, quienes aumentaron en 5,8 puntos porcentuales en esta variable.

Un elemento clave a considerar es que el trabajo aparece como un factor protector para las personas (un 77% dice sentirse satisfecho con su trabajo, según la encuesta), pero no se puede ignorar la existencia de dinámicas laborales con impacto negativo en la salud mental de las y los trabajadores.

De acuerdo a cifras de la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO), dos de cada tres trabajadores (67%) que presentaron una enfermedad profesional durante 2022, corresponden a diagnósticos de salud mental. La cifra representa un aumento respecto al 2021, cuando alcanzó el 52% del total.

“Si antes las enfermedades de salud mental se generaban por la exposición al agente de riesgo de liderazgo disfuncional o acoso laboral, hoy esto es compartido con la sobrecarga de tareas”.

“Nuestra experiencia en la ACHS, ha mostrado que potenciar ambientes sanos y seguros debe tener como punto de partida la identificación de aquellos factores de riesgo que se encuentran presentes en el lugar de trabajo y asumir que son una amenaza efectiva para la integridad psicológica de los individuos”, señala Daniela Campos, jefa técnica de Riesgos Psicosociales de la ACHS.

La especialista destaca que la medición les ha permitido identificar que el 80% de las enfermedades profesionales de salud mental diagnosticadas, suceden en cuatro grandes sectores de nuestra economía: Educación, Gobierno, Salud y Retail.

Y explica que, “si antes las enfermedades de salud mental se generaban por la exposición al agente de riesgo de liderazgo disfuncional o acoso laboral, hoy esto es compartido con la sobrecarga de tareas”, añade Campos.

Gestión del riesgo en las organizaciones

Pese a que la proporción de centros de trabajo en “alto riesgo” se ha mantenido estable en alrededor del 2% en el país, aquellos en estado de “riesgo medio” tuvieron un alza del 29,5% en 2021 (de acuerdo al Manual del Método Cuestionario CEAL-SM / SUSESO, Riesgo psicosocial laboral en Chile: Resultados de la aplicación del Cuestionario SUSESO/Istas21).

La buena noticia es que, habiendo gestión de estos temas en las organizaciones, hay posibilidades concretas de mejora. Según datos de la ACHS, de cada 100 centros de “riesgo alto” que fueron gestionados en conjunto con los trabajadores, sólo siete se mantienen altos, 62 pasaron a “riesgo medio” y 32 transitaron a “riesgo bajo”.

Desde la Asociación Chilena de Seguridad, la recomendación es que los equipos de Recursos Humanos utilicen las medidas disponibles para prevenir, disminuir o contener los riesgos psicosociales en su ambiente de trabajo. A nivel organizacional es importante intervenir las estructuras hiper jerarquizadas y rígidas que inhiben el desarrollo a través de estrategias que promuevan la justicia organizacional, el desarrollo de carrera y estilos de liderazgo funcionales.

Es también muy relevante comprender la sobrecarga laboral propia de las características de los puestos de trabajo. Para eso es clave establecer medidas de prevención, políticas de desconexión en el trabajo y entrega de herramientas socioemocionales que favorezcan el desempeño y la calidad de vida de las personas.

Medir para comprender

Ante esta realidad, las empresas deben tener un rol activo y responsable. El primer paso es medir para comprender la realidad de sus ambientes de trabajo. Y por esto, la reciente actualización del Protocolo de Riesgos Psicosociales, destinada a medir la exposición a factores de riesgo para la salud mental en el trabajo, es considerada un avance.

“Esta es una herramienta vinculante y obligatoria cuya mayor innovación es que cambia la mirada respecto a la conciliación trabajo-vida privada. Si antes se medía cuánto influía la vida familiar en el trabajo, ahora se evalúa la incidencia del trabajo en la vida privada”, explica la especialista de la ACHS, quien precisa: “Con información, y considerando la perspectiva de género, los empleadores pueden tomar medidas preventivas. Sabemos que, si el país cuenta con espacios laborales seguros para las y los trabajadores, no sólo contaremos con mejores condiciones para la productividad, sino que también resguardamos la salud integral, física y mental”.

Brecha de género

También es importante destacar el impacto de la brecha de género en la salud mental. Tal como lo confirma el Termómetro ACHS-UC, lo que sucede con las mujeres en la población general también se reproduce en las enfermedades profesionales de salud mental. Daniela Campos profundiza en esta línea: “De manera constante las mujeres presentan más malestar en términos de problemática de salud mental que los hombres. No podemos olvidar que las mujeres enfrentan una mayor carga debido a los roles de género tradicionales, como las responsabilidades domésticas y el cuidado de la familia. Esto puede generar una acumulación de estrés y presión, lo que aumenta el riesgo de problemas de salud mental”.

Medidas de Tolerancia Cero

Entre las iniciativas que más ayudan a que las y los trabajadores cuenten con mayor protección de su salud mental en las empresas, está la respuesta institucional de tolerancia cero a las conductas riesgosas. Las empresas deben generar políticas de no violencia, estableciendo protocolos de denuncia e investigación de este tipo de hechos, de modo de que se facilite su reconocimiento y los procedimientos de apoyo existentes en la organización. “El estrés laboral u otros fenómenos, como el burn out (agotamiento físico y mental por recarga laboral), pueden tener una relación estrecha con problemas de salud mental. El estrés crónico y prolongado de origen laboral, puede aumentar el riesgo de desarrollar ansiedad y depresión, condiciones que pueden interactuar y amplificar los efectos negativos del estrés, creando un ciclo perjudicial para las personas. A largo plazo, esto puede tener un impacto significativo en la calidad de vida y el bienestar general, dado que puede afectar las relaciones personales, la satisfacción laboral, el desempeño, la salud física y mental en general”, asegura Daniela Campos de la ACHS.